
Y dijo Dios: «¡Que exista la luz!» Y la luz llegó a existir.
Y dijo Dios: «¡Que exista la luz!» Y la luz llegó a existir.
Dios, en el principio, creó los cielos y la tierra. La tierra era un caos total, las tinieblas cubrían el abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la superficie de las aguas.
“He sido crucificado con Cristo, y ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí. Lo que ahora vivo en el cuerpo, lo vivo por la fe en el Hijo de Dios, quien me amó y dio su vida por mí.”
Gálatas 2:20 Amor Crucifixión Dios Jesús Gálatas
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