VERSÍCULO DEL DÍA – Domingo, 4 de Septiembre del 2022
Versículo del día
“Pongan en práctica lo que de mí han aprendido, recibido y oído, y lo que han visto en mí, y el Dios de paz estará con ustedes.”
Reflexión
Este es uno de los pasajes que refleja el gran amor de Dios, quien entregó a su hijo y lo dio como ofrenda por nuestros pecados; Cristo siendo santo en todo cargó con el peso de nuestra maldad para librarnos de la condenación y reconciliarnos con el Padre a través de su sacrificio.
El amor nació en el corazón del Padre tal como lo declara Juan 3:16 «Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna». Es necesario que entendamos que fue Dios quien tomó la iniciativa de salvarnos, por eso entregó lo más preciado que tenía, su único hijo para mostrarnos su amor aun cuando nos encontrábamos sumidos en nuestros pecados y rebeliones.
Cristo asumió en su carne el peso de nuestro pecado y soportó el castigo para que nosotros fuésemos justificados; no somos justos por nuestras obras o méritos, somos justos a través de la sangre preciosa de nuestro Jesús, que se entregó en expiación por nuestros pecados, dejando en claro que la justicia del hombre no es suficiente y que no alcanzarían nuestras buenas obras para lograr la victoria que la sangre de Jesús compró. No bastaría el sacrificio de nuestras propias vidas para retribuirle a nuestro Salvador todo lo que ha hecho y sigue haciendo por nosotros.
De modo que hemos pasado de muerte a vida, hemos sido rescatados del lodo cenagoso y hemos sido traídos de vuelta a la luz. Al recordar que no había esperanza alguna para nosotros debemos ser agradecidos y valorar el sacrificio tan grande que Cristo hizo por nosotros.
¿Cómo podemos dar valor al sacrificio de Cristo? La mejor forma de valorar el sacrificio de Cristo es apartándonos del pecado y guardándonos en santidad. Imagine que usted le entrega un tesoro valioso a alguien y esta persona en vez de atesorarlo lo pierde con facilidad ¿Cómo se sentiría? Seguramente habría una gran decepción en usted y pensaría en que ese tesoro valioso hubiese estado mejor en sus propias manos, pues ahora imaginemos como se siente Jesús al ver que muchos no dan valor a su sacrificio en la cruz y que prefieren ir en pos del pecado.
Hay poder en la sangre de Cristo para limpiarnos de nuestros pecados, esto es una gran verdad, más sin embargo, no podemos tener la sangre de Cristo por inmunda y mucho menos usarla como un amuleto o una licencia para pecar deliberadamente ¡NO! Puede que engañemos a los hombres pero a Dios no lo podemos engañar, Él sabe si realmente estamos arrepentidos y si realmente nos hemos limpiado y apartado de ese pecado. De modo que si hemos fallado tenemos la sangre preciosa del cordero inmolado para limpiarnos, pero también debe haber una actitud de cambio y de reverencia hacia el sacrifico de Jesús.
«Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos», (Gálatas 5:24). Hemos sido rescatados de nuestra vieja naturaleza, procuremos pues crucificar nuestra carne para no pecar y manchar el sacrificio de Cristo, tengamos en cuenta que nuestra salvación ha tenido un alto precio.
Oración de hoy
Dios mío, en este día te doy gracias por tu gran amor y misericordia. Gracias por haber enviado a Jesús a tomar mi lugar en la cruz para darme el regalo de la salvación. Por eso te pido que me ayudes a serte fiel, a creer más en ti y en tu Palabra, a valorar tan grande sacrificio que me abrió el camino para poder llegar a ti, a dar buen testimonio de que mi vida ha sido transformada por tu amor y así otros vean la tu bondad, se acerquen a tí y también alaben y glorifiquen tu nombre. En el nombre de Jesús. Amén.