VERSÍCULO DEL DÍA – Jueves, 01 de Septiembre del 2022
Versículo del día
“Porque para mí el vivir es Cristo y el morir es ganancia.”
Reflexión
Si nuestras acciones hablan más que nuestras palabras de que Cristo vive en nuestros corazones, si llevamos una vida de obediencia y santidad entonces sintámonos gozosos de que Cristo también testificará ante el Padre que pertenecemos a su cuerpo, que somos a su familia.
¡Qué gran privilegio! Somos parte de su cuerpo cuando lo reconocemos delante de los hombres, cuando decimos ante ellos que Cristo murió y resucitó al tercer día, que esperamos su venida y que lo amamos con todo nuestro corazón. Le confesamos delante de los hombres cuando expresamos que él es la razón de nuestras vidas, que por él procuramos cada día ser mejores y alejarnos del pecado.
Esta es una ecuación exacta, damos buen testimonio ante los hombres y Cristo dará testimonio de nosotros ante su Padre.
Cada cosa que hacemos está siendo grabada, por las cámaras de los cielos porque los ojos de Dios están siempre atentos viendo las acciones de los hijos de los hombres.
La Palabra dice que «Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante» Hebreos 12:1. Es decir, que tenemos que esforzarnos en reflejar el amor y sacrificio de Jesús en cada situación de nuestras vidas para honrar su nombre al hacer alumbrar su luz en medio de aquellos que no le conocen.
«Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, ellos verán nuestras buenas obras, y glorificarán a nuestro Padre que está en los cielos a causa de nuestra obediencia» Mateo 5:16.
Oración de hoy
Padre celestial, te doy muchas gracias por este día. Gracias por tu amor que me dio la oportunidad de recibir el regalo de la salvación a través de Cristo. Por eso te pido que me ayudes a caminar contigo conforme a tu buena, agradable y perfecta voluntad, dando testimonio con mis palabras y con mis acciones de que tú vives en mi y que me has dado de tu luz para mostrar, a través de la predicación, que tú eres la esperanza salvadora que el mundo necesita. En el nombre de Jesús. Amén.