Toda tú eres bella, amada mía; no hay en ti defecto alguno.
Toda tú eres bella, amada mía; no hay en ti defecto alguno.
El corazón del hombre traza su rumbo, pero sus pasos los dirige el Señor.
Cada uno debe dar según lo que haya decidido en su corazón, no de mala gana ni por obligación, porque Dios ama al que da con alegría.
2 Corintios 9:7 Alegría Corazón Dar 2 Corintios
Siguiente versículo!